Sin duda una ocasión importante para encontrarse con gente de distintos colectivos y medios electrónicos con los que normalmente uno tiene contacto a través de la red es en multitudinarias manifestaciones como la que tuvo lugar el sábado 24 de noviembre organizada por Asamblea por Tenerife y la Coordinadora de Pueblos y Barrios para defender el medio ambiente y el suelo agrícola en Canarias. Si fuera verdad lo que se empeña la prensa, cautiva del régimen de Coalición Canaria, de que los que vamos a este tipo de eventos somos cuatro gatos sería imposible encontrarse con tanta gente conocida de distintos puntos de la isla. Sabiendo lo que hay por medio, la poca conveniencia de una convocatoria así en estas fechas o que muchísima gente joven que participa en estas marchas estaba en el festival del WOMAD en Gran Canaria, cosa que no tiene que ver con el oro amarillo sino con el evento musical más importante del archipiélago, la manifestación fue mucho más que digna gracias al trabajo inagotable de unos cuantos que se los veía por allí con cara de cansados. Hacer esto por cuarto año consecutivo, sin dinero y con los grandes medios en contra no es sólo asombroso sino heroico sobre todo por parte de estos que se han pegado todo el trabajo pues muchos, como un servidor, estamos a otras cosas actualmente. Mientras este era el fin de semana más movilizado en mucho tiempo en Canarias el presidente Paulino se ha ido al Caribe, seguramente buscado donde pulir dinero de la RIC, haciendo gala de lo alejado que está y estará de los problemas de los ciudadanos. De ahí no lo moverá nadie en cuatro años si Soria lo sigue apoyando para gobernar él tras sus espaldas.
El caso es que en esta cita se comentaba entre la gente los múltiples frentes abiertos judicialmente y cómo estos se están desarrollando. Uno no puede evitar pensar que hay algo raro entre la judicatura en Canarias en virtud a determinadas circunstancias como el auto que obliga al Foro Contra la Incineración de Residuos, concretamente a Juan Jesús González que todavía no lo han recibido porque está paralizado en alguna oficina de correos, a, se supone sin haberlo visto todavía, pagar las costas de la querella presentada contra la multinacional Unelco Endesa por la caída de las torres de alta tensión que provocó el gran apagón de 2005 en el área metropolitana. Si no fuera por las circunstancias del juez de Güímar que ha dictado este auto, dicen que una vez mandó a la guarda civil a detener a una señora que había aparcado mal a las puertas del juzgado, el caso nos llega a recordar mucho al de Ben Magec cuando se personó como acusación popular por el desvío de fondos públicos, de los que nunca más se supo, en las prospecciones mineras de Montaña de Tindaya y le acabaron condenado a pagar las costas. Otro colectivo que se quejaba de cómo funciona la justicia es el Tagoror Achinech. Recientemente un fallo de Juzgado número 3 de Santa Cruz de Tenerife los desautorizaba como organización pertinente para presentar un recurso contra la licencia municipal con la que el ayuntamiento de Guía de Isora premia a la misma multinacional para la instalación de las turbinas en Chío. Desautorizar a unos ciudadanos a pedir responsabilidades judiciales a una administración, como el citado ayuntamiento, con argumentos tan peregrinos como los que se le da a esta organización no sólo no es un peligroso precedente sino que huele a confabulación. Y es que en estos tres casos parece como que hubiera un signo extraño que puede identificarse con el de intentar silenciar a una sociedad para la que la justicia es casi la única forma de patalear contra las injusticias del sistema donde no existe una calidad democrática mínima que permita que la gente pueda decidir sobre cuestiones públicas.
No es mi menester criticar a la justicia en su sentido más profundo del concepto porque esta es, en todo el entramado del Estado de Derecho, el pilar más básico sobre el que la justicia social se debe apoyar. Acostumbrados como estamos a que el PP diga por un lado, con la boca llena, que su confianza en la justicia es absoluta mientras conspira mediática y políticamente contra la sentencia del 11M hacer una crítica a la justicia es muy complicado. El caso es que esta la hacen hombres y quizás habría que buscar una forma coherente de evaluar a los jueces. La propuesta del actual Ministro de Justicia de flexibilizar la manera en se puede ser juez quizás pueda venir un poco por esta línea. Está claro que un tipo que dicta sentencias como la que quitó la custodia a una madre por ser lesbiana no debería estar ejerciendo esta profesión como no dejaríamos a un kamikaze pilotar un avión. El hecho de que la denuncia de Las Teresitas haya prosperado en el Tribunal Supremo, cuando el Superior de Justicia de Canarias la había desestimado, es un ejemplo claro que algo no funciona bien en determinadas instancias judiciales.
A los ciudadanos decentes, los que tenemos claro que las elecciones son un mero trámite ceremonial, se nos dejan pocas oportunidades para ejercer la democracia y por eso debemos de salir a manifestarnos siempre que podamos. Que un sistema judicial sea un forma de corregir los múltiples errores que los políticos comenten, muchas veces a sabiendas, da mucha legitimidad democrática y es uno de los pilares básicos en los que se debe de basar la sociedad. Muchas veces hablamos de la financiación de la sanidad y la educación pero apenas lo hacemos de que la administración de justicia también necesita más dinero para que funcione adecuadamente. Si a un ciudadano se le eternizan los juicios, aunque al final estos le salgan a su favor, casi que de nada le habrán valido que esto haya sido así cuando las circunstancias le han ido en su contra. Esto mismo lo sabe bien Pepe Castellano que pese a que un tribunal de lo social le ha dado la razón en cuanto a lo contrario a derecho de su despido del Organismo Autónomo de Museos del Cabildo de Tenerife la política de hechos consumados consiguió que haya perdido su trabajo. Esto es lo que querían sus enemigos y con esto cuentan los que prevarican y montan tramas de corrupción y van de Guateque en Guateque.
Canarias 24 Horas, 26 de noviembre de 2007.