Incluyo aquí la reseña del libro Educación para la Ciudadanía editado por Akal que ha sido publicado el sábado 27 de octubre en el suplemento 2C del periódico La Opinión de Tenerife.
Muchos le debemos una gratitud infinita a la Editorial Akal por los textos que publicó a partir de la década de los años ochenta para la enseñanza de la historia en el antiguo bachillerato. Cuando la tan traída noción de aprender a aprender de la malograda LOGSE no se había formulado todavía y la hipertextualidad que nos permite hoy la red estaba sólo en las novelas de ciencia ficción aquellos libros de portada negra se habían adelantado a ambos conceptos una y dos décadas respectivamente. En ellos se proponía al alumno mediante la lectura de textos, el análisis de gráficos y unas ilustraciones contextualizadas que aprehendieran los conceptos básicos para entender la historia de manera crítica. Hoy, bastantes años después, esta misma editorial vuelve a dejar claro que está a años luz del vacío panorama editorial español con la publicación del ensayo Educación para la Ciudadanía –Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho− escrito por Carlos Fernández Liria, Pedro Fernández Liria, Luis Alegre Zahonero y mordazmente ilustrado por Miguel Brieva.
En Canarias, además, la publicación de este libro viene precedida por la polémica nada inocente creada por el PP, Carlos Ester, y CC, Milagros Luis Brito Consejera de Educación, que confundieron intencionadamente este ensayo con un libro de texto para esta nueva asignatura, que en Canarias fue paralizada a última hora por intervención personal del presidente del gobierno el señor Rivero, y malinterpretaron un párrafo que hablaba de plátanos, tomates y heroína diciendo que allí se insultaba el honor de los canarios cuando hasta un niño de primaria se da cuenta que esta lectura es imposible. Mientras nuestros políticos suspenden toda la primera evaluación vayamos nosotros por otro lado a analizar el texto.
En el libro se distinguen dos partes bien diferenciadas. La primera comprende los tres primeros capítulos en los que se expone la ontología de origen socrática platónica kantiana que es utilizada por los autores para llegar a la crítica materialista del actual momento histórico. Reconociendo los errores acontecidos en torno a las corrientes filosóficas del Racionalismo se muestran aún así cercanos a esta posición en la que, según ellos, es posible evitar el relativismo que las críticas feroces de la posmodernidad y el irracionalismo que han hecho mucho daño. El Imperativo Categórico de Kant, obra de tal manera que tus actos pudieran ser considerados como una ley general, dicen es extrapolable a toda cultura y a todo momento histórico. Señalan por ello que el lugar en el que sitúan las leyes, un espacio que tiene que fomentar la convivencia entre los ciudadanos, debe estar vacío de todo contenido humano y no puede ser usurpado por los tiranos ni mucho menos por la economía de mercado. Esta invasión es una constante en la historia de la humanidad.
La segunda parte, capítulos cuatro y cinco, procede de la aplicación de estos preceptos y está encaminada hacia la acción y transformación de la sociedad. En el capítulo cuatro se hace una crítica demoledora del capitalismo como factor que ha introducido la lógica del tiempo a contra reloj en nuestra sociedad y que ha sido el sistema más totalitario que ha existido nunca. La vida ciudadana exige un reposo que por definición la economía de mercado niega por lo que ciudadanía, en el marco de un Estado de Derecho, es incompatible con el sistema capitalista.
Esto último es la idea principal que guía todo el capítulo quinto y último. Éste es una adaptación de otro ensayo de Carlos Fernández y Luis Alegre titulado Comprender Venezuela, Pensar la Democracia publicado por ediciones Hirú en 2006. Se ponen como ejemplo de una nueva orientación a la Ciudadanía los procesos que se están dando en lugares como Venezuela o Bolivia que pueden dar mucho que hablar en los próximos años, desde determinados medios no está muy bien visto defender los procesos democráticos que se está dando en Venezuela, que amenazan con superar a mucho socialdemócrata y progre de pose. Nunca, señalan los autores, se ha consagrado un sistema anticapitalista basado en las leyes como norma que debe afectar a todo ciudadano en la historia de la humanidad reciente. Siempre que se ha podido dar esto una involución o una guerra financiada por el capital ha acabado deteniendo este proceso. Citan muchos ejemplos que serían largo contar aquí pero que son muy ilustrativos de esta afirmación. Nunca podrá haber un verdadero sistema democrático hasta que los ciudadanos no puedan intervenir en las decisiones económicas que hasta para los altos políticos son inaccesibles. De ello viene la tesis de la incompatibilidad de un sistema capitalista con el Estado de Derecho.
Este libro no es ni un catecismo de Zapatero ni un libro de texto ni mucho menos un ensayo que pueda dejar indiferente al lector. Se trata de una obra que hace una crítica radical al sistema en el que estamos viviendo y como ello hay que mirarlo, con sus virtudes y sus defectos.