Indudablemente si el presidente de Canarias Paulino Rivero Baute se tuviera que presentar a algunas asignaturas este septiembre, suponiendo que esta convocatoria volviera a estar vigente, suspendería hasta la religión católica. Para este perdedor de las elecciones que gobierna Canarias gracias al pacto con otro perdedor ansioso de poder que le aleje de las brechas judiciales que se le podrían abrir, José Manuel Soria, habría que inventar un nuevo sistema educativo para él y los que le rodean. Sin duda estos que fagocitan en las islas de lo público tendrían matrícula de honor en educación para la mamandurria, corrupción aplicada a las ciencias sociales, cohecho y sociedad, especulación a la naturaleza, geografía ombligüista (para echar siempre la culpa de lo malo a los de fuera) y lengua y literatura belilla. Con menos de tres meses de gobierno el pacto de los perdedores como dicen por ahí, yo añado mediocres, amenaza con superar el esperpento de los terribles cuatro años de Adán Martín y su número de móvil en las agendas de los empresarios.
El revuelo que se ha montado en torno a la asignatura Educación para la Ciudadanía sólo se entiende como rabieta de los sectores de la ultraderecha del Partido Popular, que junto con el terrorismo y la ampliación de los derechos civiles que se ha dado en España como es el caso de las bodas entre personas del mismo sexo, no han asumido la derrota electoral que sufrieron en 14 de marzo de 2003 tras el atentado de Atocha por parte de Al Qaeda. La reforma de la LOE y la inclusión de esta asignatura me parecen algo muy descafeinado para los objetivos que muchos deseamos que no son otros sino transformar esta sociedad radicalmente. Una asignatura de una sola hora a la semana que se imparte en el tercer curso de la educación secundaria obligatoria, y que tiene todas las papeletas de convertirse en una maría, no son suficientes para este objetivo socialmente ambicioso. Seguramente si la transversalidad famosa que predicaba la LOGSE se hubiera puesto en marcha no harían falta este tipo de asignaturas remiendo porque desde todas las disciplinas, no sólo con la historia o la filosofía sino también desde la física y las matemáticas, se contribuiría a hacer ciudadanos más concienciados y críticos con las cosas que pasan en esta sociedad. Sin embargo, y tal como marchan las cosas, esta asignatura es una de las pocas oportunidades que muchos chicos van a poder tener en su vida para ver otra cosa que no sea la orientación para el consumo en la que está atrapada nuestra sociedad.
Los sectores ultra católicos se han enfrascado en la patraña de hacer ver que esta asignatura está orientada a defender la homosexualidad que vilipendia a la sagrada familia tradicional, y que en muchos casos es el origen de nuestros males, como si hubiese una legión de sodomitas esperando a pervertir a sus hijos. La acusan de ser una asignatura que transpira ideología cuando lo que precisamente ha hecho la iglesia católica estos 21 siglos es impregnar todo de la peor de las ideologías, muchas veces basada si no en la mentira si en las necesidades míticas de ser humano, para obtener beneficios propios estando tras el poder o si no representándolo. Nunca se debiera olvidar que el dictador fascista Franco estuvo 39 años bajo el palio de la iglesia católica.
En España una peligrosa secta como es la católica tiene muchos privilegios pues recibe dinero a fondo perdido del Estado y tiene colegios de carácter religioso. Si sectas descaradamente lucrativas dedicadas a exprimir el dinero de sus fieles como la iglesia de la cienciología o los testigos de jehová abrieran colegios millones de personas entrarían en cólera. No se comprende como en poco más de 30 años de supuesta democracia la iglesia no ha perdido de una vez el monopolio de imponerse sobre la gente y se les permite que sus centros educativos sigan activos sin haber sido expropiados. Es más, con todo el buen rollito de estado laico del gobierno de Zapatero los curas de la conferencia episcopal han recibido más estos cuatro años que en los ocho del terrible aznarato. En los años de la Segunda República hubo una oportunidad única de acabar con este sector ideológico que se hubiera tenido que haber aprovechado con todas las consecuencias que de ello se derivaban. Precisamente ahora que hay otra ocasión de poner en su sitio a este sector de enemigos de la sociedad se le vuelve a tener miedo porque antes como ahora tienen un poder económico muy grande. No en vano en 1936 incitaron el golpe de estado.
El hecho de que en Canarias se haya suspendido a última hora la asignatura Educación para la Ciudadanía ha significado una bajada de pantalones de Paulino Rivero ante el PP de Soria. En poco tiempo nuestro presidente, el perdedor, está abocado a saber mejor que nadie en el mundo cuál es el sabor de la zona pos lumbar del líder de los populares canarios. Lástima que su vocabulario sea tan reducido que sea incapaz de expresar con palabras a qué sabe para enterarnos los que nunca hemos sido lameculos. La retirada de esta asignatura no se entiende como una decisión soberana para nuestras islas sino como parte de la cruzada que el Partido Popular tiene abierta contra el PSOE porque piensa que podrá en un año suspender la LOE, y con ella la asignatura, proponiendo a la presidencia a un machango maleable como Rajoy. Si Rivero se pliega ante Soria por esta asignatura que hasta el mediocre de Adán Martín sintió como suya qué es lo que este presidente, perdedor, no estará dispuesto a asumir en los cuatro años que quedan todavía. Tiemblo de pensarlo.
En muchos foros se ha comentado, ingeniosamente, que el programa de esta asignatura contradice el modus operandi de ATI, antes CC, porque en él se exponen los males como la corrupción o la búsqueda del deterioro de nuestro medio ambiente que es algo que en Canarias ocurre en la casi totalidad de las administraciones. Cuando el patrimonio del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, se explica porque se ha ganado varias veces la lotería, algo que es tan difícil como morir aplastado por un meteorito mientras se pasea por el parque, es que las cosas en Canarias no funcionan nada bien. Por eso habría que castigar a nuestros políticos, empezando por Paulino, a escribir un millón de veces no volveré a lucrarme de lo público. Lo más probable es que no tengan remedio y que aunque hiciera una carrera de cinco años de Educación para la Ciudadanía estos sujetos se comportarían igual. Mientras, las cárceles rebosan de gente que tal vez no debieran estar y no se hace hueco para los dirigentes de ATI.