Ana Oramas tiene fama de que cuando anda
por las dependencias del ayuntamiento de La Laguna nunca saluda ni mira a la
cara a la mayoría de auxiliares que trabajan en esta institución. Esta pequeña
cacique peninsulera niña mimada, cuya familia medró gracias a que el primer
tranvía de Tenerife dejó de funcionar para que la empresa de guaguas que
explotaban se hiciera grande, sin duda los debe de considerar como seres
inferiores. Ganadora por mayoría absoluta en las elecciones del 27 de mayo que
tuvieron unos índices de abstención de casi el 42 por ciento, tiene mayoría
absoluta en virtud de sólo el voto del 26 por ciento del censo total, va a
pasar a la posteridad como la alcaldesa que ha conseguido llevar a esta ciudad
a la mediocridad política, social, cultural y económica mayor de su historia.
Sin duda estos cuatro años más de mandato van a significar un continuismo de
esta torpe labor que ya inició hace ocho años.
La Laguna es una ciudad que produce los
sentimientos de vergüenza y pena a partes iguales. En ella siempre sus
dirigentes se han jactado de que supuestamente es la capital cultural del
archipiélago a un tiempo en el que se han reprimido todas las manifestaciones
culturales y de lo único que se puede presumir en ella es que es la capital
patrimonio de la especulación inmobiliaria tanto en su Casco Histórico como en
sus zonas rurales y agrícolas. En el casco mientras se levantan plazas con
solera para adoquinarlas con piedras basálticas de una cantera China, alguien
en Canarias se debe estar forrando con la importación de esta piedra de muy
mala calidad que está ocupando centros urbanos en muchos puntos del
archipiélago, se especula con el Patrimonio que en mala hora fue declarado de
la Humanidad por la UNESCO y en su perímetro histórico protegido puede existir
ahora mismo 20 construcciones muchas de ellas camufladas con supuestas
restauraciones. El proyecto de vía exterior, que irá desde La Cruz Chica hasta Geneto,
prevé la construcción de 60 mil viviendas en alturas superiores a las
permitidas y va a resultar la destrucción del poco suelo agrícola que queda en
el municipio en pos de la especulación más brutal que habrá existido nunca en
esta ciudad y que nos dejará, sin duda, a la altura de municipios como Marbella.
Mientras en su territorio se encuentra el
centro comercial más antiguo de Canarias, un favor que el inefable José Segura
hizo a multinacionales francesas que sacan el dinero a puñados de nuestro territorio
y que han empeorado nuestra calidad de vida y las relaciones laborales, cada
día se cierran o desaparecen más cosas. Desde hace unos buenos años no hay
cines en el casco por primera vez en la historia desde que a finales de los
años 20 comenzara el cine comercial y el Teatro Leal lleva más de una década
cerrado. Como la prioridad del Cabildo de Tenerife es hacer especuladores
contenedores culturales como el Auditorio, el Centro Oscar Dominguez o chapuzas
tranviarias esta institución apenas se ha gastado un céntimo en cultura y el
Paraninfo de la Universidad de La Laguna está casi en ruinas y lleno de cagadas
de palomas a pesar que hace casi una década se hizo cargo de su gestión y
remodelación. En este sentido el seguidismo de Ana Oramas a los peces gordos de
su partido como Ricardo Melchior huele tanto a cata del sabor del trasero ajeno
y sin duda hace que sea la mayor responsable de la miseria cultural que como
nunca hay hoy en día en este municipio. Estos días ha quedado cerrado el
tradicional mercado de la Plaza del Adelantado debido a un problema estructural
del edificio a causa de unas obras en el anexo palacio de justicia a pesar que
hace pocos meses el ayuntamiento se gastó casi un millón de euros en
remodelarlo aún sabiendo entonces que los problemas estructurales ya podían
existir. Hasta el casto y obsoleto beaterío lagunero anda de capa caída ya que
la Catedral está prácticamente en ruinas y hace un año y medio se quemó por
completo la sede del obispado. Recuerdo ver a la Oramas llorando con lágrimas
de cocodrilo la desaparición de esta joya del patrimonio cuando todavía ardía.
Esas lagrimitas no le nublaron la vista cuando firmó el decreto que le cedía la
Casa del Padre Anchieta gratis a los zánganos de los curas laguneros como
palacio provisional mientras todavía salía humo de sus cenizas.
La única cosa relativamente buena que ha
hecho ATI en La Laguna en la última década es aplicar las subvenciones europeas
del Plan Urban para acondicionar y dotar de servicios de ocio a núcleos urbanos
como La Cuesta o Taco que han estado décadas dejadas de la mano del
ayuntamiento y que a pesar de este plan lo siguen estando porque para la
corporación local La Laguna sólo es el centro. Blanca Pérez, a pesar de haber
sido comunista y militar en ICAN, ha aprendido mejor que nadie a ejercer de
cacique y a crear relaciones clientelares en los barrios que han sido los que
le han dado la victoria a ATI. Experta en mentir hasta dicen que en su vida
privada nunca se le ha oído decir que los dineros de este plan son de fondos
europeos pues ATI ha sido una experta en vaciar las arcas públicas allí donde
gobierna y con el eterno victimismo sacar dinero a Europa con lo que surge el
desaguisado de que un contribuyente alemán es el que financia con sus impuestos
los pelotazos urbanísticos en Canarias.
Esperpentos como que las instituciones
públicas financien un concierto de Reggaeton machista como el inicio de la gira
mundial de Don Omar en la Plaza del Cristo de La Laguna hacen que los que
tenemos una dosis alta de vergüenza ajena nos pongamos rojos por ser canarios y
vivir en La Laguna. En esta república bananera pasan a menudo estas cosas ya
que hasta aquel ser simple que fue viceconcejera de cultura llamada Dulce
Xerach llamaba con total desparpajo cultura a este tipo de actos. La Laguna, por
culpa de la mala gestión de estos años, jamás volverá a ser capital cultural de
nada en el archipiélago porque está hundida en un pozo profundo del que ya será
muy difícil sacarla nunca porque hasta la oposición mediocre de Javier Abreu le
hace tan bien el juego a Ana Oramas que ésta le ha puesto un cómodo sueldo de
50 mil euros al año como edil liberado. Y es que como dice un compañero por ahí con este ganado tenemos que arar.
En Canarias el hecho de que durante décadas los segundones hayan medrado
mamando del poder hace que haya pocas perspectivas de que las cosas cambien en
un plazo razonable de tiempo. En el caso de La Laguna haya que tirar todas sus
estructuras de poder y empezar de nuevo porque lo que hay está tan viciado que
pronto volvería el olor a podrido.