Que el paisaje canario es algo intrínsecamente bello, a pesar de que mucho ombligüísta farsante del nacionalismo con vinculación al poder se haya servido de esta característica que gozan nuestras islas para sus intereses particulares, es algo que no se puede negar. Canarias representa para mí, sin haber sido nunca de la calaña nacionalista que estos especuladores dicen ser, una tierra que llevo en mi corazón y por la que estoy dispuesto a llegar hasta donde sea justo y legítimo por defenderla. Desde el despegue económico ligado a la Reserva de Inversiones, RIC, y a las falsas conceptualizaciones de ultraperificidad que esta burguesía bananera se ha empeñado en acuñar para el archipiélago y con las que saca siempre las mayores tajadas de las administraciones central y europea Canarias está más en peligro del colapso que nunca. En este sentido la especulación del territorio, con el factor costero como auténtica mina generadora de riquezas a unos pocos y deterioro social y ambiental sin precedentes para casi dos millones de canarios, se sustenta bajo un concepto puramente ideológico de singularidad natural de nuestras islas que ha sido creado para manipular a la opinión pública.
Dulce Xerach, la cuñada del que fuera el peor presidente de todos los gobiernos autonómicos que hayan existido en el Estados Español Adán Martín Menís, fue la encargada de organizar la bienal de arte y paisaje de Canarias en noviembre pasado, simposio ridículo y nada transcendente que no tiene visos de continuidad en 2008, de cara a reparar la deteriorada imagen que se tiene de ATI CC después de haber planificado trenes, tranvías, aeropuertos, puertos y centenares de kilómetros de carreteras para enriquecer sus bolsillos durante estos últimos 15 años. A un sistema como el canario basado en una oligarquía constructora que está amparada por una clase política analfabeta, sólo hay que escuchar unos segundos de la vergonzosa intervención de Ana Oramas en el Debate del Estado de la Nación para saber cuáles son los políticos con los que Canarias cuenta, con base racista y xenófoba no le ha podido venir mejor la declaración el pasado 28 de junio del Parque Nacional del Teide como Patrimonio de la UNESCO para su propaganda ideológica. Esta declaración de patrimonio, como bien decía Ramón Pérez Almodóvar, se daba a conocer mientras se inauguraban las sesiones del Parlamento de Canarias, que llevarán al perdedor Paulino Rivero a la presidencia, con la ausencia del presidente saliente Adán Martín que asistía a la sesión de la UNESCO de la declaración en Nueva Zelanda, allá por las antípodas, justa metáfora de dónde el ex presidente ha estado situado siempre con relación a los canarios.
Lo peor que le ha pasado a la Ciudad de La Laguna en los últimos años es la declaración de Patrimonio de la Humanidad también por este organismo. Desde que en 1999 le fuera concedido el título al Casco Histórico de esta ciudad la especulación se ha adueñado de sus rincones a un nivel tal que mientras se remodelan calles y plazas con piedra basáltica de mala calidad procedente de canteras Chinas, sin ningún tipo de planificación, una decena larga de obras de edificación se están realizando dentro del perímetro supuestamente protegido por la UNESCO. Como bien siempre señala el Catedrático de Economía Aplicada Federico Aguilera Klink el método que utiliza la burguesía canaria, basado en un modelo victimista cara a las administraciones para obtener ventajas fiscales, está basado en la búsqueda de la solución a priori, que siempre está vinculada a un gran negocio, para luego crear el problema. El Parque Nacional del Teide no necesita ningún tipo de declaración extraordinaria que magnifique su singular belleza natural y lo del título no es más que una campaña alojada en el marketing ambiental para despistar en otros atentados medioambientales. Lo que necesita el parque es una gestión basada en la racionalidad y no en la propaganda.
En Tenerife se están dando las características, y poniéndose los medios necesario, para que la isla se sitúe en el colapso completo. Al devastador puerto de Granadilla, que destruirá por completo el litoral mejor conservado de la isla, se le unen puertos deportivos menores con el fin de urbanizar cada centímetro de costa para especular. La segunda pista del aeropuerto del sur significará el tercer aeropuerto de la isla. El trazado del tren del sur, Melchior y sus secuaces del cabildo hablaban en principio de hacer una línea de alta velocidad para una isla en la que estas cosas no caben, podría arrasar varios parajes de gran valor natural e infinidad de yacimientos aborígenes de los que hasta los arqueólogos de la Universidad de La Laguna se desentienden. En Arico se está construyendo ahora mismo otro silo para meter la basura que por miles de toneladas producimos en la isla mientras que las obligaciones de reciclare y reutilización que la administración está obligada a fomentar se quedan en la propaganda pura. Además se acaba de aprobar la regasificadora en Granadilla para introducir el gas licuado a la isla y seguir con las emisiones de CO2 mientras las energías renovables son o bien marginadas o en el peor de los casos significan una excusa para un nuevo pelotazo como fue el caso del concurso eólico y la trama de la consejería de industria. En este contexto la declaración del Parque del Teide como Patrimonio no es una buena noticia sino todo lo contrario, es una burla a la inteligencia de los canarios. La estrategia de ATI en Tenerife es vender valores paisajísticos de postal mientras se degrada y destruye la isla a toda costa. La insensibilidad y la forma paleta de ser de los dirigentes de esta isla les hace más que capaces de planificar para este paraje natural una parque temático de atracciones o una pista de esquí que funcione todo el año en combinación con un teleférico que debería haber desaparecido hace mucho tiempo. En fin, dejemos el tema porque no queremos darles más ideas.
Canarias no es el lugar más bello de todos los mundos posibles como se empeñan nuestros políticos empresarios en hacernos creer para así manipularnos ideológicamente. Es necesario relativizar nuestro entorno, nada es lo mejor del mundo sino que hay que mirarlo siempre en una multiplicidad de contextos, para comprenderlo en su justa dimensión. Magnificando de una manera muchas veces infantil en Canarias se han llegado a momentos realmente grotescos, sólo hay que ver una patética editorial de El Día cualquiera cuando arremete contra Gran Canaria basándose en la supuesta superioridad paisajística de Tenerife, que es necesario superar. Ni el Teide con toda la declaración de la UNESCO ni todo el Territorio Canario están a salvo de sufrir las mayores especulaciones de las que se ha tenido conciencia nunca en estas islas. Relativizando quizás se pudiera decir que Canarias sí que tiene la clase política y dirigente que puede ser la más bananera, la más inculta, la más acomplejada, la más inepta y la más corrupta de las que existen en el mundo. Este es el patrimonio que nos hace distintos al resto del mundo y que ojalá no hubiéramos tenido nunca.