A principios del siglo XXI con el desarrollo inimaginable hace pocas décadas de los sistemas audiovisuales, a niveles incluso orwelianos, la frase de aquella canción de los ochenta que decía el vídeo mató a la estrella de la radio no puede estar más equivocada. Sólo hay que echar un vistazo a las parrillas de las televisiones para ver como el cutrerío, el mal gusto y la mierda se han apoderado de ellas. A nivel internacional hay muy buenos productos televisivos, series como House M.D. a la que no dudamos en elogiar siempre que podemos, pero que están tratadas con el más miserable de los respetos y son cortadas con bisturí de cirujano para meter 25 minutos de publicidad en medio y destrozar por completo la trama. Por eso estas cosas siempre se ven mejor desde el DVD o haciendo descargas a través de medios P2P que eviten sufrir las torturas del horario televisivo.
El valor de la descripción de las cosas por medio de la palabra, en un mundo donde hasta la pornografía ha sido elevada por sectores mercantiles como algo progre, está hoy más vigente que nunca por la calidad media alta de la radio que se hace en España. Fuera de la radio profesional, y a parte de esa cosa que hacen los curas para empantanar la vida civil con propuestas puramente antediluvianas y hasta fascistas, están las pequeñas radios libres que emiten trillando la legalidad bajo el Derecho Fundamental de la Libertad de Expresión. Aún así siempre estará vigilante la SGAE, esa mafia de intereses oscuros que pretende cobrar hasta a la gente que silba de felicidad por la calle a la manera de Tom Waits, para supuestamente defender unos derechos de autor que cada día se tornan más injustos con los pequeños creadores y que sólo favorecen a los federados en este sindicato de intereses.
En este contexto de radiofonía local queremos destacar desde aquí una muy humilde pero interesante radio que emite en la ciudad de La Laguna en el dial 107.0 (a través de internet se puede oír en http://ondacomun.dynalias.org) llamada Onda Común. Situada en el local de la denostada Asociación de Vecinos Sin Sal lleva más de una década emitiendo. Desde hace algo más de un año un grupo de gente joven, que se mueven en el horizonte de la autogestión, han logrado revitalizar este proyecto de radio vecinal introduciendo programas frescos e inteligentes como el que hace el colectivo Irradia. Que en un lugar como La Laguna, que desde que Ana Oramas es alcaldesa nadie conoce tan bien el sabor del final de la espalda de Ricardo Melchior ya que jamás ha exigido un solo céntimo para inversión cultural en el municipio por el Cabildo de Tenerife que ha preferido despilfarrar nuestro dinero en el inútil Auditorio o en el ostentoso Centro Oscar Domínguez, haya un ambiente cultural nada cautivo de las instituciones y original es para celebrarlo. Desde unos estudios ínfimos, con medios reciclados de otras radios, sin emitir publicidad y financiándose de las cuotas que pagan sus socios al mes hacen programas que van desde el rock canario, la contracultura, la inmigración, el feminismo o el arte y la literatura. Los proyectos de programas son presentados al colectivo y este mediante asamblea evalúa la mínima calidad de éstos y se decide democráticamente si son viables o no según los estatutos de la radio. El colectivo Onda Común nunca juzga las consciencias de los que hacen los programas y confían en que estos se sepan auto regular. El colectivo está abierto a nuevas colaboraciones no sólo para lo que queda de temporada que ya acaba con el verano sino más bien para el inicio en septiembre de la nueva.
Ser libre hoy en día tiene sus problemas y suponen una condena al ostracismo en el mejor de los casos. El actual sistema generador de estómagos agradecidos del poder que rondan en torno a ex CC, ahora de nuevo ATI, saben muy bien que siendo mediocres y segundones se medra mucho mejor en la administración canaria. Casos como los espíritus libres son inmediatamente condenaos por el sistema. Y si no que se lo pregunten a José Manuel Castellano Gil que supo crear el Museo de Historia de Canarias de la nada y hoy en día trata de ser sepultado por la mediocridad que lo ha envidiado siempre. Cada segundo que emite Onda Común bajo los conceptos de autogestión, libertad de expresión y búsqueda de cambio en la sociedad significa un paso en contra del sistema meritocrático que produce marginados sociales a pasos agigantados en el archipiélago. Valga para nosotros el ejemplo de esta radio colectiva que desde aquí queremos valorar como un ejemplo de dignidad suprema.