Decir lo obvio puede resultar molesto porque o bien se puede tratar de un ejercicio de sacar a la superficie cuestiones que se ocultan mediante usos del lenguaje perniciosos que buscan esconder causas e intereses muy particulares, pensemos en todas las trampas dialécticas y burdas mentiras usadas por las administraciones canarias para justificar un puerto industrial en Granadilla, o bien porque se es pesado. Pudiendo pecar de esto último quiero comenzar este texto haciendo una especie de declaración de intenciones. Sí algo defiendo sobre todas las cosas es que lo más importante del ser humano es su libertad que puede ser ejercida a través de actos y por el pensamientos. Las palabras que aquí siguen no son una crítica a las personas que creen en un dios cualquiera desde lo más profundo de sus creencias. Ni yo ni nadie tenemos derecho a juzgar la consciencia humana sino que lo que aquí hago es criticar simplemente a las estructuras y conglomerados de poder católico que a través de la monopolización de lo que son las creencias particulares han manipulado los asuntos cotidianos de los seres humanos.
Una persona a la que también he oído negarse a juzgar consciencias es a Pedro Casaldáliga obispo de Sao Félix de Araguaia (Mato Grosso Brasil), teólogo y poeta. Activista de
Al papa Ratzinger le ha dado en vísperas de la semana santa rescatar el miedo ancestral al infierno. Dice que es un sitio muy terrible donde se pasa muy mal. No hablaba, al parecer, de Irak, ni del centro de retensión de Guantánamo, ni de la prisión de Abu Grhaib ni tampoco de los centros de menores con medidas judiciales de la comunidad autónoma de Canarias, que son auténticos infiernos aquí en la tierra, sino de un lugar teórico que está hecho para amenazar a ateos como yo. Sí algo así existiera quizás pudiera ser como el del que hablaba el genial humorista gráfico Ramón Tosas Ivá. Éste caracterizaba como el mejor de los infiernos posibles pues era administrado por españoles. Allí el castigo consistía en comer mierda eternamente con una cuchara de un cubo. Aquel sitio era, en realidad, un cielo porque el día que había mierda y cubo no había cuchara y el día que había cubo y cuchara faltaba la mierda. Así por toda la eternidad. Cuando murió el genocida Pinochet se dijo que si en no existía el infierno bueno era inventarlo para este asesino, al que el papa Wojtyla hacía misas privadas y le dio la comunión de su mano, se pudriera en él. No sabemos cómo era la cosa del cristianismo en la época de Jesús, y sí este realmente existió, pero se puede concluir que siempre la iglesia ha estado del lado de los poderosos a los que han servido y se han aprovechado. Como decía Dostoievski sí Jesús volviera a existir hoy en día lo volverían a crucificar,
Discusiones teológicas y ontológicas aparte está claro que las jerarquías terrenales católicas necesitan una dosis de humildad para que se imbuyan en los problemas auténticos de las personas. También que el estado español, adelgazado de una auténtica protección social de los individuos por el demonio neoliberal del mercado, se aleje institucionalmente de la santa sede y deje de financiarla o de contemplar la religión dogmática católica como asignatura en el sistema educativo. El gobierno del partido socialista ha tenido una oportunidad histórica de hacer esto, desde
Aunque haya que aguantar a los estados es deseable que por lo menos estos sean laicos y republicanos. Sí en España hay un rey fue porque el dictador Franco lo puso donde está, a parte del fraude y traición que supuso la llamada transición española, el hecho de que el país no sea de facto laico proviene de una mala aplicación de las leyes actuales y el desarrollo de los acuerdos estado iglesia de 1979 en el que se acordaba que la financiación de la iglesia católica debería de ser paulatinamente propia. En estos 28 años no sólo no ha sido así sino que la iglesia se beneficia del estado, que mantenemos todos creyentes y no con nuestros impuestos, amén del cepillo de los domingos o de inversiones especulativas como aquella de Gescartera en la que distintas órdenes religiosas invirtieron dinero pese a su dudosa solvencia.
Caságlida fue una de las pocas voces críticas que desde dentro de la iglesia se pudieron escuchar contra el nombramiento como papa del antiguo militante de las juventudes hitlerianas llamado Joseph Ratzinguer. Una vez conocí a un católico practicante de misa de domingo que acosaba sexualmente a una compañera de piso compartido. Recuerdo perfectamente que una vez me dijo que las críticas contra la iglesia le parecían fáciles viniendo de personas que renegaban de la fe y que sólo escuchaba las que venían de la misma iglesia. Yo aquí no he nombrado al obispo de Sao Félix de Araguaia por darme autoridad frente a individuos como este sino porque no sólo es alguien al que admiro por ser consecuente sino que creo que sería capaz de darme la razón a todo esto que he escrito porque tanto él como yo no nos mentemos en las consciencias sino contra los abusos de los poderosos.
Canarias Digital, 2 de abril de 2007.