Formular de manera claramente explícita que mentir y manipular sobre la realidad es consustancial al ser humano podría llevarnos a ver como se arruga la cara de nuestro interlocutor para que luego nos acabe diciendo que son otros, y no nosotros, los que hacen esto. El hecho es que, a través de procesos más o menos inconscientes, estamos socialmente programados para aceptar que nos mienta nuestra pareja, nuestro hijo, un compañero de trabajo o la vendedora de los grandes almacenes y asumirlo como algo casi natural. Ya lo dice el Doctor House siempre que puede: todo el mundo miente. Podría llegar hasta molestarnos que esto no sea así porque ya sabemos que la sinceridad es una de las cosas que más incomodan. Sin necesidad de encerrarnos en el relativismo sin salida que esto supone tratar de reconocer que esto funciona así nos ayudará a crear siempre un filtro de la realidad para poner en suspensión los discursos que nos llegan desde el poder que tratan de hacer pasar como natural lo más atroz y salvaje que nos acontece a los seres humanos.
Un ejemplo de todo esto a escala planetaria es la famosa falacia de que el régimen iraquí de Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y que por ello resultaba un peligro para el mundo cuando, en realidad, el peligro para la existencia de la especie humana se ha demostrado que son los Estados Unidos que casualmente sí que tienen armas de destrucción masiva como son sus misiles nucleares que ya ni se sabe para dónde apuntan. Ante esta manipulación tan burda parece ser que el último que se enteró del Trío de las Azores de que en Irak no había tales armas fue José María Aznar que ha dicho hace poco desde el cinismo más absoluto que le caracteriza, siempre hablando desde foros Neocom anglosajones, que no era tan listo como muchos presumen ahora de saber que no había ese tipo de armas en aquel país. Sin duda a Bush, Blair y Aznar les sobró bastante arrogancia y haber atendido no sólo a las pruebas en contra de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak presentadas por el inspector de
Sí damos todo este rodeo es para caracterizar de manera general lo que sucede en Canarias en torno a la mentira, el engaño institucional y la manipulación porque todo lo que se da en las islas tiene siempre un carácter autóctono y hasta endémico. Da la impresión de que la constante que hace que en Canarias existan gran variedad de especies naturales, exclusivas y bien diferenciadas de otras zonas del mundo, tenga también como fruto la existencia de partidos, propios y comprados, que tienen al frente a personas que sólo pudieran existir en este territorio por cuestiones ambientales. Para arañar algo en el reparto económico y de poder del habitual trile formado por CC, PSOE y PP se ha creado el centro canario nacionalista CCN. Para ser justos habría que decir que este partido ya existía pero que desde hace un año ha recibido una importante inyección económica de Ignacio González padre que como se dice por ahí atiende a un capricho más que personal de Ignacio González hijo que es el que ha acabado liderando el partido hasta por encima de Olarte que fue presidente de canarias y cuyo nombre siempre ha sonado en torno al dinero desaparecido de
Una forma de solventar el hecho de que CCN sea un partido con nula base electoral, mezclar un respetable nacionalismo con una definición centrista que todavía nadie ha logrado descifrar bien lo qué es hacen que sea un partido sin ideología alguna, es con dinero y con populismo puro y duro. Populismo que ha llevado a este partido a liderar manifestaciones racistas como la del 15 de octubre de 2006 contra los inmigrantes en Santa Cruz de Tenerife, a hacer campaña y recogida de firmas para presentar una ILP para una torticera ley de residencia para Canarias, a regalar cedés con villancicos en navidades, a decir en un panfleto que si tienen la alcaldía de Santa Cruz cerrarán la refinería o a sumarse y reventar la manifestación a favor de la sanidad pública del pasado 24 de marzo en Tenerife. En estos actos el impresionante aparato mediático de CCN puede ser contemplado en su verdadera magnitud. No es sólo que el partido de Ignacio lleve más de un año haciendo propaganda en cabinas, vallas, octavillas o a través de un número 900 sino que cuando sale a la calle a buscar oportunismo despliega por ella sus furgonetas, azafatas contratadas, globos aerostáticos o propaganda como gorras, banderas o camisetas. Quien sepa lo caro que es montar un partido político a este nivel, lo decimos porque conocemos las penurias y el derroche de imaginación que tiene la agrupación electoral Sí Se Puede a la hora de afrontar la próxima campaña sin un céntimo, no puede menos que esbozar un rictus de extrañeza ante todo este derroche. Según la ley electoral los partidos tienen unos límites claros a la hora de aceptar fondos de terceros y estos tipos de financiación no pueden ser menos que irregulares. Es fácil pensar que alguna fiscalía tendría que actuar de oficio en estos casos pero lo que seguramente sucede es que es tan descarado todo, no hay más que ver la campaña de Ángel Llanos para el ayuntamiento de Santa Cruz, las de coalición canaria o el PSOE, que no queda más remedio sino mira hacia otro lado porque lo más probable es que sí se hicieran investigaciones como es debido nos quedaríamos los ciudadanos solos. Cosa, por otra parte, que no estaría mal viendo lo bien que se trabaja para la sociedad desde muchos colectivos y lo chafalmejas que son las instituciones y altos cargos normalmente.
Puede calificarse como axiomático el hecho de que aquellas personas que han sido las más ardientes defensoras de algo acaben siendo sus más vehementes detractoras. El que es más antitabaco y antifumador del mundo lo suele ser porque antes ha sido un fumador más que compulsivo. Nos acordamos como en las movilizaciones contra
El CCN no va a traer más pluralidad y democracia a Canarias si logra arañar posiciones en las distintas administraciones porque en realidad es más de lo mismo. En Canarias existe el que tal vez sea el sistema electoral más injusto del mundo que hace que una formación con poco más de mil votos en una isla menor tenga dos o tres representantes en el parlamento autonómico mientras que un partido que tiene más de diez mil votos en toda Canarias se quede sin ningún representante en esta institución. Ya coalición canaria en esta legislatura se ha esforzado en asegurar este caciquil sistema electoral en lo que será la reforma del estatuto de autonomía, reforma por otra parte autoritaria hecha de espaldas a los ciudadanos y que ni si quiera se va a someter a referéndum, para dejarlo todo atado y bien atado para el futuro de esta mamandurria que se conoce como clase política del archipiélago. Una de las cosas que se ha apresurado a hacer coalición en el parlamento fuera ya de sesiones, al que habría que ampliar expropiando por algún lado al estilo Ruano para hacer un rin de boxeo, es una ley que ampliar el plazo de la recepción de los votos de los inmigrantes canarios que en el caso de islas como