El domingo 15 de octubre la organización neonazi Democracia Nacional reunió en la localidad de Los Cristianos en Tenerife a 50 personas en una concentración racista y xenófoba en contra de lo que llaman invasión de España por parte de los inmigrantes. En el conjunto del Estado español y según fuentes policiales, que por una vez reconocemos que está bien su trabajo si se dedican a combatir estas lacras, existen alrededor de diez mil personas integradas en organizaciones fascistas. Las mismas fuentes indican que la operatividad de los neonazis es pobre debido a los enfrentamientos internos y a la carencia de un líder único: el presidente de la otra gran fuerza de la ultraderecha, España 2000, es José Luis Roberto que también preside la asociación española de clubes de alterne y se enfrenta a Democracia Nacional porque pide la legalización de las prostitutas extranjeras cuando éstos abogan por la eliminación total de lo emigrantes. El espectáculo de Los Cristianos fue patético, se respondió con una contra manifestación más numerosa, e injustamente cubierto de manera espectacular por los medios de comunicación. Asamblea por Tenerife ha reunido una media de 80 mil personas en dos manifestaciones contra el puerto en Granadilla los meses de noviembre de 2004 y 2005 y el silencio mediático ha sido escandaloso.
Nosotros en esta columna no teníamos pensado hablar de este esperpento no sólo porque es un hecho anecdótico que difícilmente puede ser calificado de noticia sino porque esta basura fascista no se merece ni un segundo de nuestro tiempo ni más publicidad de la que se le ha dado gratuitamente. Sin embargo hemos tenido que hacerlo porque la manifestación que Identidad Canaria en Tenerife planea para el domingo 29 de octubre podría describirse también en términos de incitación al racismo y a la xenofobia. Desde hace mucho tiempo el periódico El Día, vocero e ideólogo intelectual de coalición canaria, se ha posicionado en contra de los inmigrantes en tonos xenófobos en sus editoriales, parece ser que escritas por su director José Rodríguez Ramírez, y ha vulnerado varias veces la legalidad del actual código penal que impone penas de cárcel por hacer apología del terrorismo, el racismo y la xenofobia. Ninguno de los políticos de las islas e intelectuales bienpensantes afines al sistema de la coalición se han atrevido a decir nada ni tampoco juez alguno ha iniciado una investigación de oficio acerca de este asunto. Solamente ha sido el diario La Opinión de Tenerife el que ha hecho una contracampaña, que más bien parece que ha sido una forma de purgar las culpas de los apoyos a coalición en el tema de las infraestructuras disparatadas, que en cierta medida honran a su director, Francisco Pomares. Hay que recordar que en Euskadi existen miles de personas sin referente político en virtud a este artículo del código penal que ha ilegalizado a Batasuna, donde la inmensa mayoría de las personas que siguen a esta formación repugnan el terrorismo, aunque opinen, legítimamente, que el País Vasco debe tener una soberanía independiente a la del Estado español.
En la manifestación de Democracia Nacional de Los Cristianos La Opinión entrevistó a un individuo que había sido un edil por coalición canaria en un ayuntamiento del Sur de Tenerife pero que se había radicalizado hasta hacerse miembro de esta formación fascista. Miembros destacados de la plataforma Identidad Canaria, o lo que sea porque hasta ahora nadie la conocía, que ha convocado la manifestación del 29 están vinculados a coalición canaria. Sin duda este partido político es el causante del clima incipiente de racismo y xenofobia que se está despertando en las islas desde el verano. Las palabras hay que emplearlas con muchísimo cuidado, sobre todo si se tienen responsabilidades políticas. Ya el discurso de la toma de posesión del Diputado del Común Manuel Alcaide en 2002 estuvo viciado cuando dijo que estamos siendo invadidos por pueblos no sólo africanos sino también americanos. En estos meses hemos escuchado a políticos irresponsables, es verdad que no sólo los de la coalición, diciendo que la inmigración es un problema, que las llegadas de cayucos son una invasión masiva, que hay que poner a la armada española a defender las costas Canarias o que cada menor inmigrante en protección, como mintió Adán Martín, le cuesta a la comunidad autónoma 30 mil euros al año. En Madrid Paulino Rivero se ha dedicado al victimismo con el fenómeno de la inmigración buscando, como siempre, sacar la mayor tajada posible al tiempo que ha hecho demagogia y propaganda electoral.
Desgraciadamente las personas funcionamos por consignas y el espíritu crítico es algo que ha sido herido de muerte en estos años de expansión brutal del ultraliberalismo económico y de la consolidación de las pseudo democracias en occidente. Canarias no ha estado ajena a este proceso y la falta de conciencia crítica unida a nacionalismos de carácter radical, no hay que olvidar que la Piedra Zanata es un vergonzoso invento arqueológico de coalición canaria para legitimar su nacionalismo oportunista, están creando tendencias racistas y xenófobas en un archipiélago que parecía estar ajeno a estas tendencias. Si algo pasara, que no sería de extrañar viendo el clima de falsa sensación de invasión que se está creando en Canarias, los mayores responsables serían los altos cargos de coalición empezando por el presidente autonómico Adán Martín. Los mensajes de esta formación son tan hipócritas que sus políticas se miden por un doble rasero. Por un lado los empresarios y políticos de coalición, papeles que en la mayoría de los casos se confunden, se han dedicado a calentar el sistema económico favoreciendo la especulación sobre el territorio y la realización de infraestructuras a cada cual más disparatadas al tiempo que a través de la RIC se han perdonado ya 18 mil millones de euros en impuestos a las grandes empresas. Este modelo económico necesita de abundante mano de obra y por este motivo, y por otros como es el caso de que Canarias es una entrada a Europa, los emigrantes vienen a las islas porque es donde encuentran trabajo. Sólo hay que mirar a las obras del tranvía de Tenerife, por ejemplo, para comprobar lo que decimos si nos atenemos a las visibles diferencias étnicas de los trabajadores. Por otro lado coalición canaria mantiene el discurso de la invasión de nuestra cultura y nuestras tradiciones por gentes de fuera y hablan de la necesidad de una imposible ley de residencia que pertreche las fronteras de las islas. La falsa necesidad de una ley de este tipo ha sido algo que han aporvechado por los nacionalistas torpes y estrechos de miras para radicalizar sus posiciones. A nosotros nos parece más una pérdida de identidad el caso de que en 14 años de gobierno de coalición canaria hayan proliferado en el archipiélago, como hongos, los centros comerciales cuando se ha probado en muchos lugares que la existencia de éstos significa un deterioro de las costumbres y formas de vida de una región. Está claro que mucha gente se ha tenido que haber enriquecido y han debido de haber metido un pelotazo en la construcción y mantenimiento de estas grandes superficies.
La manifestación del 29 no es nada adecuada. Del éxito o fracaso de esta desafortunada iniciativa dependerán muchas cosas buenas y malas que ocurran en este archipiélago en los próximos tiempos. Por eso hay que hablar en contra de ella, en estos días previos, hasta la saciedad. Los medios de comunicación deberían jugar un papel importante para clarificar esta situación e introducir un poco de reflexión a toda esta basura racista que se está extendiendo por Canarias. A La Opinión de Tenerife se le ha unido este fin de semana el Diario de Avisos con una editorial en contra de la manifestación y ha llamando a la cordura. Todos sabemos cuáles serán las consignas del grupo El Día. Todo ello habría que contrarrestarlo con la reflexión, el uso adecuado de la terminología empleada en el fenómeno de la inmigración y la apertura de los procesos judiciales que hagan falta.
Canarias Digital, 23 de octubre de 2006.