El mundo de las manifestaciones artísticas y culturales está obligado siempre a mantenerse alejado del poder. Y no sólo eso, tiene, además que ser crítico con él si no quiere convertirse en un engranaje más del sistema y ser pura y simple propaganda e ideología manipuladora. El actor Pepe Rubianes se ha visto obligado a retirar su obra Lorca eran todos de la programación del Teatro Español por presiones de la ultraderecha, que en España, al contrario de otros países, no tiene un partido ad hoc sino que está metida en las entrañas del Partido Popular que ha gobernado el país durante ocho años, porque ésta ha llegado a lanzar serias amenazas. No olvidemos que elementos fascistas pusieron un artefacto explosivo en la entrada de los camerinos de un teatro de Madrid durante las representaciones de una obra del iconoclasta y crítico actor Leo Bassi. Alberto Ruiz Gallardón, que siempre trata de ir de elemento de la derecha progre y del buen rollito, se vio obligado, por las presiones de los fascistas que lo manipulan, a suspender la obra de la programación antes que el mismo Rubianes la retirara.
En Canarias también existen miserias en el mundo de la cultura pero como todo lo que sucede en el archipiélago, absolutamente todo, tiene sus peculiaridades y sus componentes de carácter endémico. Y no es que este caso que hemos visto de Madrid pueda ser un hecho anecdótico en el archipiélago sino que, en realidad, es una costumbre que se tiene por norma: en Canarias la manipulación de las manifestaciones artísticas y culturales es una práctica habitual que se da en el entramado caciquil, político, mediático y empresarial canario. En la edición de la bienal de Fotonoviembre de 2001 el cabildo de Tenerife censuró un montaje del colectivo de artistas femeninas NIM que habían sido ganadoras en un concurso de ideas previo convocado por el mismo cabildo. El montaje consistía en una serie de postales críticas a coalición canaria que se iban a colocar en todas las salas de la bienal de fotografía en una serie de expositores. Como buen pelota y estómago agradecido, seguramente pagando algún favor a las autoridades, el dueño de la imprenta avisó al cabildo del contenido de las postales y éstas acabaron en los sótanos de la institución en Santa Cruz. También en los sótanos de la sede de Cajacanarias se encuentra secuestrado el libro de José Manuel Castellano Gil y José Fernández titulado Lecuona: el genio y su música que iba a ser difundido por la obra social de esta entidad pero que al final, y por cuestiones personales contra Castellano, se decidió retirar. El mismo autor está siendo perseguido nuevamente, esta vez por la publicación de El Paraíso según Adán junto con Ramón Pérez Almodóvar, en su ámbito laboral. Televisión Española en Canarias censuró, igualmente, el vídeo del grupo Kakofonías con la canción Vienen subiendo porque sus imágenes, que denunciaban simbólicamente las corrupción política y empresarial depredadora de nuestro territorio, molestaron a algún empresario de turno. Mientras en la televisión pública se mostraban vídeos de música Reggeton con marcada y repugnante tendencia machista el de Kakó se dejó emitir, según la dirección de la empresa, porque había pasado su periodo comercial. Meses después, los estómagos agradecidos al sistema de los trabajadores funcionarios de TVE hacían una campaña de recogida de firmas para salvar el ente público de su desaparición. Peloteramente cedieron la cabecera de la manifestación que convocaron en Santa Cruz de Tenerife a los políticos que nunca se han atrevido a criticar porque siempre han mantenido un descarado desprecio por los movimientos sociales. Muchos fuimos los que nos alegramos de que por fin desaparezca un ente de propaganda pública de los partidos que han estado en el gobierno como ha sido Televisión Española en Canarias.
El mundo de la política y la cultura canaria están llenos de segundones mediocres que, habiendo tomado el poder, no dejan que las nuevas generaciones se puedan manifestar adecuadamente y han condenado a la marginalidad y al ostracismo a varias generaciones actuales de canarios. Al contrario de lo que nos dan a entender y de lo que mucha gente piensa, y aquí seguimos a Castellano Gil en su artículo Los dineros de la incultura, en Canarias no hay poco dinero para las artes y la cultura sino todo lo contrario. El presupuesto es enorme pero está desviado a las grandes infraestructuras culturales, como es el auditorio de Tenerife que ha cuadriplicado su presupuesto y lleva hasta el momento 96 millones de euros gastados o el Centro de Arte Oscar Domínguez que va por un camino parecido en incremento de gasto. Las beneficiarias de la política cultural de coalición canaria en el archipiélago son las constructoras que nada tienen de cultura y si mucho de connivencia con el gobierno de Canarias para degradar el territorio del archipiélago hasta extremos que superan el límite de sus capacidades. Precisamente, y en una nueva intervención populista y de propaganda, Dulce Xerach se ha sacado de la manga para el próximo noviembre y hasta febrero una operación de propaganda llamada Bienal de Arte, Arquitectura y Paisaje de Canarias. Con ella pretende maquillar, ella es una gran aficionada a comprar productos cosméticos con dinero público para uso personal, el maltrecho medio ambiente canario como una legitimación del actual modelo económico de las islas. Dulce nunca ha tenido pudor en decir que la cultura en Canarias debe estar vinculada a la atracción del turismo y que debe ser un complemento a éste. Aquí no vamos a culparla de ser una pobre ignorante, aunque debería dedicarse a otra cosa para ahorrarnos su sueldo y sus vicios dermoestéticos, sino que cabe que la exculpemos porque ella, en realidad, hace lo que le dicen. En el fondo este axioma, cultura como capacidad de atraer turistas, es uno básico con el que juegan constantemente todos los caciques y belillos canarios metidos a políticos y que no buscan otra cosa sino beneficiarse personalmente. No es casualidad que todos los dirigentes de coalición canaria consideren un evento cultural un concierto como el de Shakira. Nuestra cultura, por culpa de ellos, apesta.
Actualmente en Canarias se encuentra la generación más brillante y mejor formada de su historia. Es, además, la primera que en un periodo prolongado de tiempo no necesita emigrar del archipiélago para vivir con dignidad. Es, sin duda, la de mayor talento y la que mejor podría aprovechar el horizonte de cambios en el que nos movemos en las últimas décadas afrontando los retos de un mundo global y en el que las migraciones son un punto de inflexión hacia el mestizaje. Esta generación está completamente vetada del sistema, un sistema regentado por los mediocres y los lame culos, y son constantemente puestos a un segundo término y abocados a una emigración, más bien a un destierro, si quieren destacar en algo. No es casualidad que los cantantes canarios de más éxito vivan en Madrid mientras Los Sabancerdos sacan un disco todas las navidades. En Canarias el dinero que las instituciones deberían dedicar al fomento de la lectura y a la promoción de nuevos escritores y poetas, a la promoción de músicos de estilo diverso, de pintores y escultores con gran sentido de la vanguardia, de buenos guionistas de cine y autores de teatro y de inteligentes diseñadores es desviado, como decíamos más arriba, a la construcción de proyectos faraónicos e injustificados y al mantenimiento de éstos para que luego hipotequen a las instituciones de por vida que las tendrán que mantener. Estos proyectos nunca tendrán una rentabilidad económica directa sino que su función es la de propaganda en el sentido más fascista del término. No en vano coalición canaria es una formación tan fascista como el PP. Estos días se están levantando opiniones, alguna de algún político irresponsable, que critican el envío de tropas al Líbano porque creen que éstas deberían vigilar las costas canarias de la entrada de inmigrantes provenientes de África. La ultraderecha canaria resulta más descarada, si cabe, que la española del partido de Aznar. Y sí no que se lo pregunten al xenófobo director del periódico El Día últimamente emperrado en dictaminar cuál debe ser la virgen, cristiana, patrona de Canarias porque debe ser que el mayor problema que sucede hoy día en las islas.
Que Canarias se encuentre en la miseria más absoluta de todas las políticas culturales posibles no es sino responsabilidad única de la calaña de políticos bananeros que nos gobiernan. Su manera de actuar en el contexto cultural es absolutamente la misma que emplean en las cuestiones económicas, sanitarias, educativas y de representación: gobernar para producir el mayor de los beneficios posibles a sus amigos los empresarios. Así, todo lo que se haga desde las instituciones no serán más que miseria y marginalidad para la mayoría, ostracismo para los jóvenes y propaganda para el mundo de las manifestaciones culturales.