Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él.
Johnathan Swift.
La presente cita se encuentra en la novela de John Kennedy Toole titulada
En el cabildo de Tenerife los necios se han conjurado contra José Manuel Castellano Gil. Un requisito indispensable para escalar puestos en el sistema canario de meritocracia es ser mediocre segundón, afiliarse a algún partido, con preferencia a coalición canaria, y lamer los culos de la gente a la que no se podrá nunca hacer sombra. En un sistema en el que la validez personal es combatida en pos del mongolismo intelectual y del si amo de los estómagos agradecidos que componen el sistema político, mentes claras como las de Castellano son atacadas sistemáticamente. En él se busca la muerte intelectual de un personaje brillante y de una buena persona. No es exagerado decir que los ataques contra él son en realidad hacia todos los colectivos de movilización social, que él en cierta medida encarna y protagoniza por sus años de lucha activa, y con el ataque a su persona se busca frustrar estos últimos años de batallas políticas en la calle. En diciembre de 2005 Castellano, junto con otro represaliado del sistema nacionalista canario que es Ramón Pérez Almodóvar, publican un libro, recopilación de artículos que algunos tienen casi tres años y que vieron la luz en medios digitales de comunicación principalmente, titulado El Paraíso según Adán – Veinticinco años de caciquismo autonómico. Este libro ha sido financiado enteramente por sus autores y se ha publicado como parte del Taller de Comunicación de Asamblea por Tenerife. Ha sido escrito en la vida privada de cada uno de sus autores. Este libro nada tiene que ver con las labores que José Manuel Castellano ejerce dentro del organismo autónomo de museos del cabildo de Tenerife del que es personal laboral técnico. Aún así en este organismo le han abierto expediente disciplinario y se enfrenta con una sanción de entre tres y seis meses de suspensión de empleo y sueldo y un más que probable despido, todo ello esperándose a agosto en el que nuestro amigo estará de vacaciones con la impunidad del verano. Parece que sus artículos, recordamos que algunos llevan años publicados, han molestado a algún que otro director de museos del cabildo y dicen que han sido los trabajadores de museos, él ha manifestado varias veces que los compañeros se muestran solidarios con él, los que han puesto la denuncia que ha puesto en marcha el expediente disciplinario. Resulta vergonzoso decir a estas alturas de la vida que si alguien tiene problemas de honor con otra persona esto se resuelve poniendo una querella en un juzgado de guardia y no con una puñalada como ésta dirigida hacia su vida laboral. Los que tengan un poco de idea de cómo funciona el derecho saben que esta sanción, aunque acabe en el despido, no tiene razón de ser y que a la larga un juzgado de lo social le dará la razón. Eso sí, después de batallar un tiempo en los juzgados y de enfrentarse con su propio patrimonio a gente que le desea el mal y que utiliza los dineros de lo público sin escrúpulos para hacer el mal a gente hornada.
Castellano no es la primera vez que tiene problemas con una publicación. A él le gusta decir que las historias que cuenta en sus libros versan sobre gente que se ha enfrentado al sistema o que han sido apartadas de él. En este sentido concreto vemos las similitudes con Kennedy Toole al que nos referíamos en la introducción. Hace unos años la obra social de Cajacanarias le secuestraba un libro sobre Ernesto Lecuona, compositor cubano hijo de canarios, tras gastar 8 millones de las antiguas pesetas en hacer una edición de lujo, que se iba a distribuir de manera gratuita y que no llegaría ver la luz. Ahora se le intimida laboralmente, habría que decir que se le censura, por haber escrito un libro crítico con determinados aspectos de la cultura en Canarias. Detrás de estos dos casos está la directora del organismo autónomo de museos del cabildo, Fidencia Iglesias. Ya hace unos años Castellano le ganó un juicio por acoso moral en primera instancia, cuya sentencia se encuentra actualmente recurrida en el Tribunal Supremo, a esta persona. Este dictamen es el primero de este tipo que se ha dado en España y es utilizado en algunas facultades de derecho como ejemplo de un tipo de delito que apenas se tiene jurisprudencia como es el mobbing. Lo que viene ahora no es sino la continuación de esta campaña de intento de muerte moral de Castellano. Mientras, aparecen pruebas de contrataciones ilegales e irregularidades en el mismo cabildo: una de las denunciantes, Carmen Dolores Chinea, es cuñada de Miguel Zerolo, se ha hecho una oposición a medida para dar un puesto de peón al hijo de la asistenta doméstica de Fidencia o se insiste en la necesidad de ser licenciado en filología hispánica para cubrir plazas en el futuro Oscar Domínguez, la misma titulación que tiene la nuera de esta directora. Siempre hay que estar a bien con la familia, para eso están los caciques.
La defensa de los derechos individuales y laborales de José Manuel Castellano es una defensa que tenemos que asumir todas las personas que nos consideramos decentes. Cuando atentan contra él, de manera personal, lo hacen contra todos nosotros, contra todos aquellos que nos consideramos insobornables por el sistema absolutista de coalición canaria. Mientras existan personas como él, no sólo cultas e inteligentes, sino con las ideas claras de cómo deben hacerse mejor las cosas, las posibilidades de cambio en las estructuras de poder y de que otra Canarias sea posible estarán entre nosotros. Por eso la lucha de Castellano no es por un libro, como no fue la que la de Kennedy Toole, sino porque la gente pueda decir lo que quiera de manera razonada y argumentada porque la democracia es eso, un sistema en el que la realización del poder se corrige y se enriquece desde la crítica y el buen hacer y no un sistema caciquil en el que se pagan favores y se agradecen con el silencio del estómago agradecido. Por eso necesitamos más personas como Castellano pero no perseguidas y repudiadas por los gobernantes sino ocupando posiciones de privilegio para escapar, de una maldita vez, de la situación de mediocridad que estamos sometidos los canarios tanto en la cultura como en la política después de esta década larga de gobierno de coalición canaria. Ya el mismo lo demostró cuando fue director del Museo de Historia de Canarias: levantó una institución en sólo dos años y los actuales gestores la han vuelto a dejar en la mediocridad que estaba si no más bajo aún. Habría que decir que los justos, como Pepe Castellano, se merecen todo y los necios el destierro y el olvido.
El próximo domingo 30 de julio a las doce del medio día habrá, frente a la sede de presidencia de gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, una concentración de apoyo al compañero Castellano. A ella tendremos que ir todas las personas que estamos en contra de este sistema que nos penaliza constantemente con ataques a nuestras libertades fundamentales y a nuestro honor. Es una pena que John Kennedy Toole no haya seguido escribiendo y haya muerto, probablemente todavía estaría entre nosotros, para deleitarnos con páginas tan brillantes o más como su obra maestra