19 agosto 2006

EL PARTIDO POPULAR COMO ENEMIGO DE LA SOCIEDAD

El 13 de marzo de 2004 se produjo la ruptura definitiva de las altas esferas de poder del partido popular con la realidad al mismo tiempo que con la sociedad. Un mensaje en mi móvil me avisaba de que esa noche de jornada de reflexión de unas elecciones generales había una concentración frente a la sede del PP en La Laguna. Muchas personas encontramos en aquellas concentraciones espontáneas la manera de descargar la ira y la rabia contenida desde hacía dos días. Ante la evidencia de que los casi 200 muertos de Atocha habían sido producidos por un atentado terrorista de Al Qaeda como venganza por la participación española en la Guerra de Irak el gobierno del partido popular, con Aznar y Acebes a la cabeza, inició una sucia mentira institucional encaminada a no perder la elecciones a través de implicar a ETA con el terrible atentado. Si un caso parecido hubiera ocurrido en algún país del este o de la antigua Unión Soviética el gobierno hubiera caído allí de una forma violenta. En España nuestros políticos tienen una ciudadanía muy civilizada, que no se merecen, y el gobierno fascista del PP cayó en las urnas mientras que las manifestaciones de la jornada de reflexión supusieron un acto del la libre expresión pero no el desencadenante de esta derrota como se quiso hacer ver desde la cúpula del PP. El lunes 15 de marzo muchos nos levantamos a trabajar aliviados no tanto porque el PSOE hubiera ganado las elecciones sino porque los populares las perdieron. Más de dos años después de aquella matanza un personaje mentiroso y esclavo de cristo como Acebes no sólo no han sido expulsados del partido sin que han sido ascendido a número dos de la formación. Mientras, en la última manifestación del la asociación de victimas del terrorismo del día 10 de junio se pedía la verdad sobre el 11M. Lo más seguro es que a estas alturas no les convenga para nada la verdad porque esta les acabaría perjudicando.

Ahora mismo, y con relación al proceso de paz abierto con ETA, han escogido una estrategia suicida e irresponsable. A pesar de que el gobierno del PP en 1998 inició negociaciones y el mismo Aznar llegó a calificar al entorno terrorista de movimiento de liberación vasco como un guiño hacia los terroristas ahora están en contra de que el partido socialista de Euskadi se haya sentado a hablar con miembros de la ilegalizada Batazuna. Hay que recordar que la ilegalización de esta formación fue un golpe bajo a la libertad de expresión durante la segunda legislatura del aznarato de la mayoría absoluta. Hasta respetables y lúcidos personajes de la derecha española como Herrero de Miñón dijeron que la ilegalización de Batasuna, con los votos entonces del PSOE, era un disparate porque no condenar la violencia, cosa que se le exigía a esta formación, no era hacer un apoyo implícito de ella como se quiso hacer ver por entonces. Con este acto de golpe de estado a las libertades individuales se sentenció a la ilegalidad a cientos de miles de personas que vieron como de la noche a la mañana su forma de pensar, el legítimo deseo de que Euskadi fuera un país independiente, se convirtió en ilegal. Con la misma ley de partidos probablemente se pudiera haber ilegalizado al PP por su actitud criminal y genocida ante la guerra de Irak enviando tropas para masacrar a una población ya machacada de civiles después de la patética foto de las Azores de Bush, Blair y Aznar.

Al partido popular no le interesa que ETA deje de existir, no por lo menos durante una legislatura socialista. Esta es su razón de ser. El tema vasco está ahí como consecuencia de 40 años de dictadura del general fascista Franco y de su represión contra todo aquello que supusiera la libertad de los individuos. Ahora, después de muchos años y cientos de muertos por una causa injusta, parece que puede haber un resquicio de luz para que ETA desaparezca y haya una verdadera paz. Las negociaciones en lo que, esperemos, parece que pueda ser un proceso de paz irreversible, van a ser duras pero el PP no ayuda en nada sino que hace todo lo contrario, meter barro en el camino. Ahora mismo al PP, tomando como referencia la terquedad de los acontecimientos, parece que no desee que el terrorismo de ETA acabe sino todo lo contrario. Parece como si lo que más desearan es que hubiera un muerto en atentado terrorista, a ser posible en las mismas filas populares, para restregárselo en la cara a los socialistas y proclamarse ellos como salvadores del mundo. La actitud de ensuciar la vida civil, como han demostrado en el caso de las bodas de parejas del mismo sexo, el llenar de mierda a todo lo que sea catalán por el tema de Estatut o el apoyo de la asignatura de religión católica obligatoria en la escuela, demuestra que la teoría de las dos Españas no sólo no ha dejado de existir en lo que fue el hipócrita olvido de la transición española sino todo lo contrario. Ya decíamos más arriba que la sociedad española es más civilizada de lo que nuestros dirigentes merecerán nunca y parece que el ejército está bien controlado por el poder civil pero probablemente el ambiente ideológico que rodeó el final de la Segunda República y desencadenó la Guerra Civil Española tenía que ser muy parecido al que estos irresponsables están sembrando sobre la vida pública en este país.

En Canarias todo, absolutamente todo, lo público está regido por segundones. Aquí el que se hace con un puesto en la administración es el que mejor sabe trepar y el que menos vale porque es más mediocre. En PP en Canarias, aunque siga la línea oficial nazional, tiene sus propias idiosincrasias. Dos de ellas se llaman Ángel Llanos y José Manuel Soria.

De Ángel Llanos se puede decir más bien poca cosa. Es un individuo mediocre que probablemente llegará muy lejos porque el sistema caciquil canario premia la minusvalía intelectual en los cargos de representación y libre designación. Así se explica, por ejemplo, que tenga un puesto en el cabildo de Tenerife como consejero de relaciones institucionales que en realidad no sirve para nada sino para mantenerlo cayado y cuyo sueldo nos cuesta a los contribuyentes al año 70.279,22 euros. Lo único que debería hacer es tener más cuidado con lo que dice porque cuando habla de que hay de desobedecer las leyes europeas para construir un puerto en Granadilla y luego, tras la política de hechos consumandos, ya ser verá como se arreglan las layes no sólo insulta a la inteligencia sino que sus declaraciones podrían constituir delito ya que la administración es la encargada de hacer que las leyes se cumplan y no puede llamarse desde ellas a la desobediencia.

De José Manuel Soria se puede decir mucho pero uno se arriesga a una querella. Eso es por lo menos lo que el presidente del cabildo de Gran Canaria está haciendo con aquellas personas que le relacionan cada vez de manera más directa con la Trama Eólica. Parece que la realidad en su caso se está volviendo terca en este sentido y parece como que se está poniendo nervioso porque tiene algo ocultar. Pudiera ser por este motivo por el espectáculo que organizó el pasado miércoles en el parlamento de canarias en el que acabó presidiendo una comisión, por no se sabe qué vericuetos del reglamento de la cámara, en la que algún día el tendrá que sentarse a declarar. Lo más probable es que esa misma noche llegara a su casa y se pusiera a ver televisión basura despojándose de su zapatos en un chalet que por lo visto pertenece a un empresario implicado en la trama eólica y que por lo que parece no ha pagado un duro en los más de 18 meses que lleva viviendo en ella. El otro día presentó unos recibos escritos a mano que dejan mucho que desear. Los que dejamos una parte muy importante de nuestro sueldo al mes en alquiler no podemos sino mirarlo con asombro y preguntarnos cómo presuntamente lo hace porque parece que todavía no se ha demostrado lo que hace.

Canarias tiene el pesado karma por el que a través de ciertas fórmulas y combinatorias electorales gobierna siempre coalición canaria ya que esta formación no tiene escrúpulos para pactar con el PSOE o el PP. Estos se contentan con las migajas que les deja coalición porque el pastel de la construcción y de la especulación en Canarias es enorme. Las cosas siempre se pueden hacer peor. Decir que un gobierno en solitario del partido popular sería peor gobierno que el de coalición canaria sería decir que prefiero a esta formación antes que al PP y yo nunca haré eso. Diré que las cosas serían distintas y con un cariz más fascista. Sólo hay que recordar a cuando Soria era alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y solucionaba el problema de la indigencia de la Plaza de Santa Catalina pagando un pasaje a las personas que allí vivían a la península para deshacerse de ellos. Cuando me acuerdo de esto no puedo evitar recordar la represión franquista de la posguerra y los campos de trabajos forzados como los del monumento de la cruz de los caídos o la prisión de Fyffes en Tenerife.

Canarias Digital, 12 de junio de 2006.