Un par de meses antes de que acabara el curso escolar de 2006 una amiga, que ha estado sus buenos años en espera de trabajo por las listas de sustituciones para la docencia en secundaria de la consejería de educación del gobierno de Canarias, le tocó cubrir una baja por enfermedad en un instituto de la isla de El Hierro. Con muy poca experiencia docente, pero con muy buena voluntad porque es una persona muy competente, acudió encantada aunque expectante por ver lo que en aquel instituto de secundaria se iba a encontrar. Una cosa que le llamó la atención es que los alumnos le exigían, porque estaban acostumbrados a que la cosa fuera así con ellos, que le pusieran siempre mejor nota de la que ella los había evaluado porque pertenecían a una isla menor y con estos puntillos de más podrían competir mejor contra los alumnos de las islas mayores como Tenerife o Gran Canaria.
En toda persona hay componentes tanto idiosincráticas como de origen social. Generalmente las segundas son capaces de condicionar, y si no hasta de anular, a las primeras. Sin duda el gesto de los alumnos de mi amiga en El Hierro no eran acciones inocentes sino que son parte del tradicional victimismo que ha anidado en el alma de los canarios medios a través del aprendizaje social. Hemos tenido como maestros, sin duda, a la burguesía caciquil canaria y a la actual clase política del archipiélago, encarnada mayoritariamente en coalición canaria, que desde hace muchas décadas emplean esta técnica, la de dar pena, para conseguir incentivos fiscales y subvenciones de todo tipo de la administración del gobierno central y de las instituciones europeas. Es así como han logrado establecer
Esta semana el presidente del gobierno de Canarias, Adán Martín Menís, ha vuelto a hacer gala de este sistema de chantaje, al mismo tiempo que ha hecho sonrojar de vergüenza ajena a la mayoría de los canarios, a través de los medios de comunicación del estado español que le han hecho protagonista, después de que se haya resuelto la crisis de los incendios en Galicia y a falta de otra noticia más llamativa mediáticamente hablando, por llegada de nuevos cayucos a las costas de las islas. Siguiendo los dictados de coalición canaria, que esta misma semana se ha reunido para hablar del tema y de la que han salido las declaraciones, siempre patéticas, de ese belillo presidenciable que es Paulino Rivero, Adán se ha dedicado a opinar alegremente del tema en busca de la mayor tajada y del más sucio de los protagonismos para hablar del problema que representa la inmigración irregular cuando, en realidad, lo problemático es, en el actual estado de cosas, la década larga que coalición canaria lleva gobernando en el archipiélago. El discurso de ambos ha estado basado en el chantaje emocional de dar pena ya que no pueden exigir al estado que se haga justicia con lo inmigrantes que llegan a Canarias en cayucos ya que ellos son los únicos responsables de todas y cada una de las injusticias que se ciernen sobre el archipiélago. Adán Martín se refirió, concretamente, al hecho de que en la actualidad haya más menores inmigrantes en los centros de nuestras islas que aquellos que tienen su origen en la marginación local. No hay que olvidar que los menores en estado de desamparo canarios han sido los grandes perdedores del injusto sistema económico de coalición canaria y han sido reconocidos por el mismo Diputado del Común de estar en estado de abandono institucional. Decía Martín que el gasto por cada menor de estos al año es de 30.000 euros y que el sistema era insostenible porque, encima, había que aguantarlos hasta los 18 años. Este presupuesto no se lo cree nadie: dado el estado de hacinamiento en el que viven los menores en los centros, si el gobierno de Canarias está pagando este dinero por cada chico o chica sólo cabe pensar que alguien se está lucrando de ello porque, la mayoría de las veces, el trato con la atención del menor es de racanería. Con ese dinero vive un canario medio, a cuerpo de rey, durante dos años, tal y como están las cosas, sin dar golpe. La misma ausencia de golpe, y ya que hablamos de dinero, con la que viven personajes públicos como el mismo Adán Martín que cobra al año 77.988,69 euros y que con la ley de excelencia de los ex presidentes canarios, acordada por CC, PSOE y PP, habrá que pagarle esto, más los respectivos incrementos anuales, de manera vitalicia. O como el presidente del cabildo de Tenerife, enamorado de los puertos ilegales, que se sopla 93.493,16 euros, cinco mil más que el presidente del Gobierno Español Rodríguez Zapatero cuando su importancia como personaje institucional está a años luz de la del presidente del gobierno. O ese mediocre y bocazas de Ángel Llanos que como consejero de relaciones institucionales del cabildo de Tenerife se lleva 70.279.22 euros anuales sin haber hecho nunca nada relevante en más de tres años que lleva en el cargo. Este dinero, por el sucio destino que tiene, si que le duele a los miles de canarios que se levantan todos los días a trabajar para pagar los impuestos que casi nunca les favorecen y no por la atención de un menor, sea de donde sea, que necesita una ayuda de la sociedad y no que ésta lo estrangule.
Canarias cuenta con una infraestructura hotelera brutal. El año pasado llegaron a las islas casi 10 millones de turistas, este año de 2006 seguramente serán bastantes más. Recordemos que el turismo en las islas es de muy mala calidad, que no gasta apenas en las islas sino que paga a los grandes tour operadores en su país, que genera muchísimas toneladas de residuos que en las islas no se tratan jamás de manera adecuada sino que van a parar a vertederos descontrolados, que malgastan agua en una tierra donde este recurso es escaso, que despilfarran energía que se produce con combustibles fósiles y que no les suele importar una mierda el medio ambiente y el paisaje. Son diez millones de persona que no suelen preocupar a las autoridades porque tienen dinero, que es lo que los dirigentes de la coalición les interesa de las personas, y que están produciendo daños irreversibles al medio ambiente de Canarias. En lo que llevamos de 2006 han llegado a las islas, en cayucos y de manera irregular, casi 16.000 personas. O sea: un 0,16 por ciento de los más de 10 millones de turistas que al año llegan al archipiélago. Estas cifras no tienen vuelta de hoja y este sencillo cálculo viene a demostrar el continuo insulto a la inteligencia por parte de coalición canaria y el presidente del gobierno, con la ayuda de grupos mediáticos como Prisa que le ha dado cancha a estas malas legitimaciones, han venido ejerciendo durante los últimos días de la pasada semana. Lo que si se le puede dar la razón es que esta llegada de personas puede representar una avalancha porque en los más de 25 años de autonomía de Canarias no se ha gastado el suficiente dinero para crear un sistema de protección social sino que este presupuesto ha sido destinado a empresarios afines al poder. Una tragedia humana que no ha hecho más que empezar por las duras condiciones en las que millones de personas viven en los explotados países africanos y que los países occidentales, que son los que tienen la solución para este desgarro, no hacen ni harán nada para remediarlo. Un continente africano que, además, coalición canaria y sus empresarios tienen puesto sus ojos para, al mismo tiempo que se enriquecen, seguir explotando a estos millones de pobres. Luego, eso sí, lo llamarán eufemísticamente ayuda a la cooperación.
Mi amiga marchó contenta de El Hierro y puso las notas que creía que eran justas sin dejarse sobornar y chantajear emocionalmente por sus alumnos. Pudo haberse equivocado, todos cuando evaluamos somos susceptibles a hacerlo, pero en todo el tiempo que ejerció la docencia en aquel centro hizo lo mejor que podía por los chicos y chicas. Al final la culpa de los gobernantes mediocres que tenemos, como Martín, Rivero, Melchior, Xerach, Mauricio o los hermanos Soria, la van a tener sus maestros. En vez de tener mano dura con ellos se dedicaron a promocionarlos de curso, porque eran inferiores al resto, y han llegado lo lejos que han llegado a través del nefasto sistema canario que apoya para que los mediocres se hagan con los mejores puestos. Tenían que haberles hecho escribir a cada uno de ellos mil veces no volveré a decir mentiras.
Canarias Digital, 21 de agosto de 2006.