De
aquellos polvos vienen estos lodos y sería para reírse y no parar
de hacerlo hasta desfallecer si lo que hay detrás de todo este
asunto no fuera algo tan siniestro. Durante muchos años el PP
alimentó a ciertas víctimas del terrorismo de ETA, completamente
radicalizadas por su lógico dolor y situadas en puntos que llegaban
hasta la extrema derecha, para hacer su política particular contra
el PSOE, Zapatero y las organizaciones sociales que están situadas
en una izquierda progresista y que molestan sobremanera a la
ultraderecha que ha controlado siempre al PP en general. El domingo
27 de octubre en la concentración de las víctimas del terrorismo en
contra del fallo de la Sentencia del Tribunal de Estrasburgo que
tumbaba la doctrina
Parot en
la Plaza de Colón de Madrid el PP de Mariano Rajoy, que no es el
mismo del de Esperanza Aguirre o Ana Botella como ya se ha visto,
pudieron comprobar en sus carnes el odio repugnante que durante
tantos años han sembrado en la sociedad. El Partido Popular decidió
manifestarse contra si mismo por la sentencia de Estrasburgo (sic) y
envió como representantes a esta concentración a personajes
siniestros de la talla de Carlos Floriano, Estaban González Pons y
Javier Arenas que salieron del encuentro con la cabeza agachada y en
medio de abucheos e insultos, los mismos abucheos e insultos que
durante muchos años habían alentado contra todos y contra todo,
probando de su propia medicina. El monstruo que crearon, la AVT que
en una audiencia inaudita de la hermana de Miguel Ángel Blanco con
el presidente del gobierno pedía que no se cumpliera la sentencia
del Tribunal de los Derechos Humanos que es lo mismo que decir que no
se cumpla la ley desde el mismo gobierno, se había vuelto contra la
mano que la creó y llegó hasta morderla.
España
es un país cutre, que produce grandes dosis de vergüenza ajena y
que está dominada por una casta dirigente político económica que
da verdadero asco. Un país donde las leyes no son iguales para todos
los ciudadanos sino que éstas se aplican de manera distinta si se
pertenece a la casta, si se tiene dinero y en la que se carga contra
la clases menos pudientes de la sociedad. El ejemplo de todo esto es
la persecución que está sufriendo el juez Elpidio José Silva que
tuvo la osadía,
en realidad la decencia, de meter en el talego durante unas cuantas
semanas a uno de los culpables que nos han llevado a esta crisis: el
banquero Miguel Blesa amigo íntimo de Aznar y el tipo que hundió
Caja Madrid aunque después reconoció ante el juez que el no tenía
ni idea de cómo funcionan las finanzas a pesar de ser presidente de
una caja tan importante durante años. Con la sentencia que invalida
la doctrina Parot, una estrategia ilegal de cargar de retroactividad
las leyes penales para que los terroristas cumplan más condena de
las que le corresponde según el código penal con el que fueron
juzgados, se ha tenido que cumplir las leyes cosa que en España es
algo bastante raro. Y se ha cumplido con la legalidad en un asunto
que da verdadero asco: que unos asesinos puedan salir a la calle a
convivir
con las personas a las que han hecho daño y sin haber sido
rehabilitadas para la sociedad. Un fracaso más pues la función de
las leyes penales no son el castigo de toda la sociedad sobre el
delincuente sino la rehabilitación del penado.
Desde
1978 año que empieza la Constitución hasta 1996 año en el que
se pone en marcha el primer código penal de la democracia cuando era ministro
Alberto Belloch, donde las condenas no se pueden recortar por el
buen comportamiento o el trabajo en prisión como sí sucedía en el código de la dictadura que contemplaba la pena de muerte,
pasaron 18 años en los que el PSOE y el PP no se preocuparon de
pactar una reforma de la norma franquista que ahora está poniendo en
la calle a estos malnacidos a pesar que en esa época ETA ya se había
distorsionado por completo haciendo atentados repugnantes como el de
HiperCor. Sin duda, la bronca de estos años entre el PP y el PSOE
sobre la negociación con los terroristas, aquí todo el mundo
negoció con ETA y a buen seguro Felipe González fue la 'X' de los
GAL, de debe a una estrategia más o menos planificada para desviar
la atención sobre este asunto.
Como
no puede ser de otra manera las víctimas del terrorismo merecen todo
el respeto aunque, sinceramente, no más que las víctimas de la
droga, de los accidentes de tráfico o de las mujeres azotadas por la
violencia machista. Y claro, no todas las víctimas son iguales
porque unas son de extrema derecha como a AVT, otras son más
sensatas y otras son las de 11m que ya sabemos que nadie las quiere
pese a que han sufrido multitud de infamias porque son de Al Qaeda.
En pozos, cimas, barrancos y cunetas de todo el territorio nacional,
ese que determinada gente dicen defender sobre todas las cosas aunque
su dinero esté en Suiza, hay enterradas casi 200 mil que llevan ahí
más de 76 años sin que el PSOE ni el PP hayan hecho mucho por
recuperar su memoria ni por reconfortar a sus parientes que no saben
dónde están sus muertos y
que
no están en un cementerio, como es
la tradición de nuestra sociedad,
sino en una cuneta pues la transición fue un asqueroso borrón y
cuenta nueva con todo lo anterior. Quizá estas víctimas
reaccionarias, afines a la ultraderecha del PP y que durante lustros
han configurado el programa electoral del PP, tendrían mucho que
aprender de las gentes humildes que tienen a un familiar asesinado
por el fascismo español en el fondo de un barranco y que durante
muchos años han vivido en soledad su dolor y desconsuelo mientras la
AVT ha recibido todo tipo de prebendas de los mismos gobiernos que
han hundido más a los asesinados y represaliados por la dictadura
franquista. Nadie les ha pedido que perdonen, a pesar de arrogarse en
su dios cristiano, sino que se comporten con un mínimo de humildad
como han hecho estas familias que un día el fascismo partió a la
mitad.