Después
de ver la debacle en la que se ha sumergido el PSOE tras las elecciones de
noviembre de 2011 pero, sobre todo, tras las de Galicia y Euskadi de estas
últimas semanas hay un sentimiento que, me temo, cada vez es más común entre
cierta parte de la ciudadanía: que cualquier cosa que le pase a esta agencia
política del más puro golferío es
poco en comparación a lo que en verdad se merecen. Un partido político cargado
de incongruencias, con gente trepa y corrupta de todos los calibres, que
renunció al marxismo en la etapa del infame Felipe González para plegarse a las
clausulas del liberalismo con la falacia de la social democracia y donde nadie
se le ha ocurrido quitar de sus siglas la incongruencia de Socialista y Obrero no
sólo porque un poco de vergüenza no viene mal sino porque hace muchísimo tiempo
este partido no es nada de esto.
Decía
a los pocos días de los malos resultados electorales Alfredo Pérez Rubalcaba
que el PSOE y el PP no son iguales en su programa y que en su partido hay una
diferencia muy grande con los Populares pero, sin duda, el que tire de
hemeroteca desde mayo de 2010, la fecha en la que José Luis Rodríguez Zapatero
empezó los terribles recortes en los que nos hayamos inmersos, verá que la
diferencia práctica entre ambos partidos es mínima por no decir simplemente terminológica
ya que si ahora gobernara el PSOE estarían haciendo unas medidas muy idénticas a
las de Rajoy, si no peores debido a la ineptitud de sus dirigentes. Para esta
mala cualidad, por cierto, la de Zapatero que hasta Obama, que también están en
campaña para las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, ha puesto como
ejemplo de lo que no se debería hacer en estos casos y que por negar la crisis
que se nos venía encima estamos donde estamos. Esta misma semana en la Cadena
SER, una emisora muy centrada siempre en la vida y obras de Rubalcaba por
cierto, era entrevistado el presidente del partido, y Presidente de la Junta
ERE de Andalucía, José Antonio Griñán, y dijo que fue un error reformar la
Constitución para limitar el déficit público porque esta reforma nos ha lanzado
de lleno a la desidia de los mercados. Griñán, con una actitud de imbécil
impertinente, se ha creído que los ciudadanos somos completos imbéciles y que
nos puede insultar a nuestra inteligencia de una manera despreciable. Si Griñán
tenía algo en contra de la reforma constitucional, como ahora parece que tiene,
debió haber hablado en agosto de 2011 que fue cuando el PSOE y el PP pactaron
esta reforma durante un fin de semana, con el mayor de los secretos y
completamente a espaldas de la opinión pública y en contra de los intereses de la
ciudadanía que, por lo menos, debió haberse manifestado a través de un
referéndum pues la reforma que se pactó y ejecutó ha dejado, para siempre,
vendidos a los ciudadanos pues la capacidad de déficit es una posibilidad no
sólo para financiar adecuadamente a los estados sino para corregir, a través de
una deuda razonable, las desigualdades sociales. ¿No había nadie en ese partido
que hace un año ya estuviera en contra de la reforma constitucional perpetrada
y que lo manifestara en su tiempo y forma? Yo supongo que sí pero lo que
hicieron fue callar como algo que les retratará para siempre: unos cobardes que
sólo son capaces de hacer estas cosas a agua pasada porque siempre es más fácil
y cómodo. Esta crisis está poniendo bien en su sitio a todo el mundo y al PSOE,
a dirigentes como Rubalcaba y Griñán, los vemos al borde de la infamia que es
como se define la actitud cínica que tienen en la oposición y que debería de
enterrarles para siempre.
El
PSOE lleva décadas inmerso en una profunda
renovación perpetua que jamás acaba de cuajar, porque siempre son más de lo mismo, y que, curiosamente,
sólo dura hasta que pillan poder que es la fase en la que se olvidan de las
promesas hechas para hacer una sociedad más justa y redistributiva que con
ellos se apuntala pero que jamás acaba de cuajar. Los dos presidentes que ha
tenido este partido, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se les
recuerdan discursos emotivos en varias noches electorales, he entendido el mensaje dijo González la última vez que ganó las
elecciones o el no os voy a defraudar
de Zapatero cuando ganó sus segundos comicios, pero ya hemos visto que la
estrategia de partido en estos años ha sido añadirse una costra de izquierda
radical en la oposición, saliendo como salía Zapatero tras pancartas o
quedándose sentado al paso de la bandera americana, para luego, en el poder,
olvidar todo eso y gobernar para los banqueros pues no hay que olvidar que el
último consejo de ministros del inepto de Zapatero indultó a Alfredo Sáenz del
Banco de Santander con una condena firme en su contra.
Para
hablar de circo que le crecen los enanos tenemos que hacer una mención especial
al PSOE en Canarias que se ha convertido, por una miserable cuota de poder que
CC les ha dejado para seguir con sus negocios personales, en el cómplice
perfecto de los casi 20 años que la Coalición lleva en el poder. Decir los
nombres de Casimiro Curbelo el putero bombero, Macario Benítez, Juan de Dios
Ramos en Teror, Juan José Dorta en Icod de los Vinos, Pepe Segura, Javier Abreu
eterno enchufado en La Laguna, Jaime Cejas o Pedro Martín de Guía de Isora
sería hablar de corrupción añadiendo, como hago ahora, el adjetivo de presunta aunque, afortunadamente, la
gente no se chupa un dedo. Además hay un signo que también sirve para reconocer
a esta cuadrilla de dirigentes de este partido en Canarias y es que cuentan con
actitudes chulescas que provienen de antaño y que son conocidas como actitudes
caciquiles.
Cierto
es que el PSOE sirve, hasta cierto punto, para neutralizar a la ultraderecha de
Rajoy pero no es menos cierto que entre el PP y el PSOE, los recientes movimiento
sociales les han dado en llamar PPSOE, son una doble marca tipo Coca Cola Pepsi
y una misma cara de la moneda que, con leves matices, se han turnado en el gobierno
en los últimos 30 años y que son los responsables de la desarticulación tan grande
que atravesamos en la actualidad y los responsables de la actual burbuja inmobiliaria
que ha dejado hundido a un país de 45 millones de personas hasta no se sabe cuándo.
Si queremos seguir engañados y que las cosas no cambien entonces deberemos participar
en el fraude de la democracia ceremonial que, sobre todas las cosas, sirve para
perpetuar a este partido único de doble marca PPSOE. Sin embargo, para salir de
la situación de terrible injusticia en el que nos hemos instalado debemos radicalizarnos
en nuestras posturas ciudadanas y luchar contra estas entidades políticas promotoras
del pensamiento único de una manera radical y expulsando a estos millares de apoltronados
que tiene la desvergüenza de llamarse cargos
públicos con los medios adecuados a cada situación porque si no lo que nos espera
son muchísimos años de la más pura miseria.
Canarias 24 Horas, 29 de octubre.